Uno de ellos es la Innovación. Y justamente en estos días Forbes ha publicado los resultados del ranking llamado Índice Mundial de Innovación (IMI) elaborado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) en el cual Chile aparece ocupando el primer lugar en Latinoamérica.
Porqué nos atrevemos a decir que esto es un signo de “sanidad”?. Porque esto no es más que un reflejo de avance, toda vez que destaca los altos índices de creación de nuevas empresas, reflejando como ha germinado el espíritu emprendedor en nuestro país canalizando positivamente toda la energía creativa en generar, producir e inventar soluciones a los temas que nos preocupan a las personas en el diario vivir y en el desarrollo del país.
Ciertamente el motor detrás de esto son las ideas y soluciones creadas por las personas para las personas. Para las cuales siempre deben existir las aperturas desde los más diversos ámbitos para que ellas puedan surgir y transformarse en realidades que empujan al cambio y al desarrollo, toda vez que: Impulsa la economía, mejora la tasa de ocupación, brinda soluciones del diario vivir, y genera lazos de colaboración entre los distintos agentes del mercado.
¿Los pilares en los cuales se sustenta este desarrollo están bien configurados y funcionando adecuadamente? Si, pero vamos lento, lento.
Recuerdo como si fuera hoy la visita a Chile de Michael Porter, (destacado profesor de Universidad de HARVARD, gurú del management) a la que me toco asistir y participar. Grabé un registro que me ha acompañado todos estos años, cuando enfatizó la necesidad imperiosa que nuestro país debía mejorar en competitividad, concentrando esfuerzos en el apoyo al desarrollo en las empresas , y una de las palancas fundamentales que señalizo fue el desarrollo de Clusters y la Innovación.
Ha pasado ya más de una década y, si bien, tenemos camino avanzando en materia de: instituciones, capital humano, nivel de desarrollo del mercado y empresarial e infraestructura. Aún nos falta en aspectos como: la capacidad de generar conocimiento, tecnología y creatividad.
Para seguir avanzando, en la construcción de un país innovador, que no solo permite mejorar nuestra competitividad, sino que también nos permite lidiar con la incertidumbre.
La navegación en tiempos de turbulencias requiere afianzar con aún más fuerza y decisión las políticas orientadas al emprendimiento y la innovación. Ya que esto alimenta la confianza y las ganas de innovar, de atreverse a buscar nuevas perspectivas. Lo cual es una fuerza de cambio y de apuesta por un futuro más prometedor.